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Llegan los meses de julio y agosto y por fin nos vamos de vacaciones. Nos olvidamos de la rutina y del ruido de la ciudad, y en general llevamos una vida más relajada y tranquila.
Pero las vacaciones se terminan, y los atascos, el estrés y los madrugones hacen que a algunas personas se les haga cuesta arriba la vuelta a la rutina.
¿Cómo se define?
Es la ansiedad o presión emocional que se produce al readaptarnos a las tareas laborales y a la rutina después de un período en el que hemos estado de vacaciones.
¿Cuáles son los principales síntomas?
· Falta de motivación.
· Tristeza y apatía.
· Falta de concentración o falta de energía.
¿Cómo podemos hacer para evitarla o disminuir sus síntomas?
· Es recomendable volver de vacaciones unos días antes, esto hace que no sea tan dura la reincorporación al trabajo y a la rutina del día a día. Conviene que esos días regulemos nuestro ciclo del sueño e intentemos acostarnos pronto y levantarnos temprano. Para evitar el drama del despertador el primer día.
· Intenta las primeras semanas No “llevarte trabajo a casa” y plantear los problemas laborales de la forma más simple posible. Así como empezar poco a poco, no querer abarcar todo lo pendiente de golpe, te generará más estrés.
· En el trabajo, aprovecha el descanso de la comida o tiempos de descanso para hacer algo que te guste o quedar con familiares y amigos.
· ¡Haz deporte! genera endorfinas y además tiene un gran poder relajante y estimulador en el estado de ánimo. Es un buen propósito en el nuevo curso.
Hay que pensar que Septiembre es un mes perfecto para marcarse nuevos retos, objetivos e ilusiones y llevarlos a cabo.
Yo ya tengo los míos…… y tú?
¿Empezamos?